No importa que tengas poco espacio o si no tenés jardín. Podés armar tu propia huerta en el balcón, patio o terraza. Incluso durante el invierno.
Cuando planeamos tener una huerta en la ciudad hay que tener dos cosas en cuenta: el espacio y las horas de sol. La mayoría de las hortalizas necesitan mucha luz, pero por suerte hay algunas que crecen bastante bien con unas pocas horas de sol (o sombra parcial), como la remolacha, el brócoli, el ajo y algunas más. Incluso hay otras que pueden crecer en ausencia de luz directa, como la rúcula, el repollito de Bruselas, la lechuga, la espinaca y la acelga.
También podemos tener hortalizas en invierno. Ese momento se puede aprovechar para las verduras de hoja, como la acelga, la espinaca, la lechuga y la rúcula. Una buena idea es sembrarlas de manera escalonada, para contar con ellas durante toda la temporada.
Pero no sólo podemos sembrar hortalizas. El balcón es un buen lugar para las aromáticas. El romero, el orégano y la menta son las más conocidas y usadas en las recetas. Son muy simples ya que crecen en espacios muy reducidos, con buena luz y con poca agua. Las aromáticas, además, nos ayudan a controlar las plagas, porque alejan a pulgones y otros insectos que pueden dañar las hortalizas que también cultivamos en la huerta.
Con mucha o poca luz, en verano o en invierno, lo importante es que antes de comprar las semillas leas bien la información que contiene el sobre. Ahí figuran recomendaciones muy importantes, como la fecha de siembra, a qué profundidad hay que colocar la semilla y con qué densidad (a qué distancia una de otra). También hay información sobre el tamaño final de la planta y cuán profundas serán sus raíces. Todo esto es muy importante a la hora de elegir la maceta. Si no tenés macetas grandes, podés armar tu huerta en cajones de madera, como los de la verdulería. Y ojo con el sustrato, además de tener un buen drenaje, debe ser liviano y rico en nutrientes.
Ahora hablemos del agua. Si tu terraza o balcón tiene mucha luz, ¡cuidado! En los lugares muy expuestos al sol se genera mucho calor y esto es un problema para las plantas porque pierden mucha agua. Vas a tener que regarlas muy seguido. Por otro lado, no te olvides de perforar la maceta para tener un buen drenaje que evite la acumulación de agua; un exceso de humedad puede deteriorar las plantas, asfixiar sus raíces y ser un buen ambiente para el desarrollo de enfermedades.
¿Y qué hacemos con los insectos? Hay algunos que no queremos ver en nuestra huerta, como las hormigas y los pulgones. Para eso es clave revisar las plantas de manera periódica. Las famosas vaquitas de San Antonio nos ayudan a controlar a los pulgones y a otras las plagas, y cuando hay abejas también, porque son esenciales para la polinización.
Últimos consejos: si tu huerta está en un lugar muy abierto, como un balcón alto o en una terraza, te recomendamos rodearla de plantas altas para evitar que el viento la dañe. Y si tenés muy poco espacio, podés animarte con una huerta vertical, ubicando los canteros sobre la pared para aprovechar mejor la luz.
¡Manos a la huerta!