Si te preguntan dónde hay soja, seguramente pensarás en la salsa de soja, el aceite o las milanesas… ¡pero está presente en muchísimos productos más!

Empezando por los alimentos y la nutrición, tenemos que decir que el grano o poroto de soja es muy nutritivo, porque es una muy buena fuente de proteínas, minerales, vitaminas y también grasas poliinsaturadas y fitoesteroles (ambos muy buenos para la salud).

Podemos comer los porotos de soja así, directamente, en una rica ensalada o triturados en medallones o milanesas. Pero a partir de los granos se pueden obtener otros derivados que tienen muchísimas aplicaciones. Por ejemplo, la harina se usa mucho en la repostería, porque mantiene la humedad de la masa, y la fibra se agrega al pan, galletitas integrales, barras de cereales y cereales en copos, como los que comés en el desayuno. También, mediante un proceso especial se genera la harina de soja texturizada, que permite hacer múltiples alimentos, entre ellos la carne vegetal.

La soja también es la base de bebidas hoy muy populares por ser importantes aliadas en una alimentación saludable; como la “leche de soja” (en realidad lo correcto es llamarla “bebida a base de soja”). A partir de esta bebida se hace el tofu, una pasta blanca y suave muy apreciada en la cocina oriental y vegetariana. ¿Y la salsa de soja? La salsa de soja es un condimento líquido, oscuro y milenario que hoy todos tenemos en casa, y se fabrica fermentando una mezcla de granos de soja y agua, a la que se pueden agregar otros granos, como el trigo.      

Como buena oleaginosa, el grano de soja contiene mucho aceite, que se usa como aceite comestible o bien en margarinas, salsas y aderezos. Del aceite también se obtiene la lecitina, algo así como la reina de los emulsionantes, imprescindible en productos tan variados como el chocolate, cremas, batidos, quesos, leche en polvo, galletas, panes y muchos más, no solo comestibles!    

¡Y ni hablar de la importancia de la soja en la alimentación de los animales! Como es una excelente fuente de energía y proteína, es ampliamente usada en la producción de aves, cerdos y ganado de leche y carne, así como en la piscicultura.   

Más allá de la alimentación, la soja también se usa en muchas otras industrias. Seguramente escuchaste hablar del biodiesel, un biocombustible que en Argentina se obtiene a partir del aceite de soja. Además, durante el proceso de producción del biodiesel se obtiene la glicerina, que vas a encontrar en la farmacia y la perfumería, en jabones, cremas, pastillas, cápsulas, jarabes y alcohol en gel, y también en otros productos industriales como pinturas, tintas, barnices, lubricantes y anticoagulantes.

¿Alguna vez te imaginaste entrar a una ferretería y encontrar un montón de productos que tienen algún derivado de soja en su composición? Esto es así, gracias a las investigaciones científicas y tecnológicas muy avanzadas enfocadas en nuevos desarrollos que se traducen en adhesivos, tinturas y solventes. Un gran paso hacia la química verde u oleoquímica por su impronta sustentable y renovable. Seguramente te sorprenda saber que del aceite de soja se fabrican tintas, que desde hace muchos años se utilizan en los diarios de mayor circulación.

Si te gustan la decoración y los productos de belleza, seguramente has visto en locales las velas de cera de soja con unos aromas exquisitos. Esta cera se obtiene a partir del aceite de soja y es muy usada, además, en cosmética de la piel y capilar, así como jabones de tocador.

Por todo esto, cuando mires la góndola de una perfumería, estación de servicio, farmacia y otros locales ¡piedra libre para la soja! “escondida” en muchísimos productos de uso cotidiano.

Sin dudas hay un gran universo detrás de la soja, nos brinda generosamente un sinfín de productos y subproductos en nuestra vida cotidiana.

Te desafiamos a leer las etiquetas de los productos y finalmente cantar ¡Pica para la soja y todos sus compas!