Cada 10 de noviembre se celebra la importancia de la ciencia en nuestra vida cotidiana y su contribución para la paz y el desarrollo. Este día también nos recuerda la importancia de mantener a la sociedad informada y comprometida con los avances científicos. En el campo hay ciencia y en esta nota te contamos cómo esta dupla “agricultura + ciencia” contribuye a la paz y el desarrollo.
Cuando la ciencia cultiva la paz
El hambre es causa y consecuencia de conflictos bélicos, por lo cual la ciencia aplicada a la producción y distribución más eficiente de alimentos contribuye, en gran medida, a alcanzar y mantener la paz en algunos territorios.
La ciencia genética (fitomejoramiento) aplicada para mejorar los principales cultivos alimenticios ha permitido aumentar considerablemente los rendimientos, es decir la cantidad de materia prima (granos) o alimento disponible (hortalizas, frutas). Importa la cantidad, pero también la calidad (inocuidad del alimento). Así es como, por ejemplo, en maíz, no solo se aumentó seis veces el rendimiento en 60 años, sino que los maíces transgénicos resistentes a insectos han permitido disminuir considerablemente el contenido de micotoxinas en los granos. Otras innovaciones como, por ejemplo, en sistemas de riego, generación de energía y manejo de cultivos brindan a comunidades rurales aisladas la posibilidad de producir alimentos de manera rentable, fomentando el empleo productivo y su desarrollo económico.
La comunicación como puente: Ciencia con conciencia
La incomunicación entre la ciencia y la sociedad es el primer paso hacia el desencuentro y la posible aparición de problemas. Es muy valioso que la sociedad comprenda la importancia que tiene la ciencia para mejorar la calidad de vida de las personas y así discernir, por ejemplo, en qué desarrollos deberían invertirse los recursos públicos destinados a la investigación o celebrar cuando un desarrollo científico se pone al alcance de las personas. Por otra parte, los científicos deberían comunicarse con la sociedad para exponer de manera sencilla y comprensible el resultado de sus investigaciones y el impacto de éstas en la vida de los ciudadanos.
Así, programas dedicados a crear conciencia sobre los adelantos tecnológicos para mejorar la producción agroalimentaria son esenciales para la conjunción de ciencia y sociedad, tan necesarios para crecer como país, en paz y proyectarnos hacia el mundo.
Proyectar un futuro en paz y con desarrollo
La ciencia aplicada al agro no solo produce alimentos, sino también oportunidades. Este 10 de noviembre, vale reflexionar sobre cómo cada avance científico nos acerca a un futuro más pacífico y justo, donde la producción alimentaria se convierte en una herramienta para reducir conflictos y generar progreso.
Porque la paz se cultiva con ciencia y conciencia.