En Argentina se producen 1,2 millones de toneladas de papel por año provenientes de pulpa de madera.
Qué bonito es ver gente leyendo en el subte, en los colectivos, en los cafés o en las plazas. Esas postales seguramente se repiten en diversas geografías de nuestro país, sin que los lectores seamos conscientes de cuánto campo hay en cada página de un libro.
El cuento del campo argentino
Publicar un libro no es tarea fácil. Requiere del trabajo integrado de un gran grupo de personas, que comienza con el trabajo de los autores y el de productores agropecuarios quienes proveen la materia prima para hacer el libro que pondremos en nuestra biblioteca: el papel y la tinta.
En nuestro país el 84% del papel usado en los libros proviene de árboles (más específicamente de plantaciones forestales) y el 16% de caña de azúcar. Para la producción de papel se realizan plantaciones de pinos, eucaliptos, sauces y álamos porque son árboles de rápido crecimiento. Estas plantaciones luego de cosechadas (taladas), se reforestan para continuar el ciclo productivo. El complejo maderero-papelero emplea a 5.000 personas de manera directa.
No es cuento que los agricultores argentinos producen 1,3 millones de hectáreas de bosque maderable y 400 mil hectáreas de caña, cuya fibra se destina a la fabricación de papel una vez finalizado el proceso de extracción de azúcar. Misiones es la principal proveedora de materia prima para papel, con una producción de 1,6 millones de toneladas.
Por otro lado, también se produce soja y otros cultivos oleaginosos como girasol o colza, cuyos aceites se utilizan en reemplazo de los derivados del petróleo en la fabricación de tintas para impresión.
Escribiendo las páginas de la sustentabilidad
El campo argentino, comprometido con el cuidado de los recursos y el desarrollo de las comunidades locales, sigue sumando páginas al capítulo de la sustentabilidad certificando todos los procesos desde la plantación de los árboles hasta la elaboración del papel y aplicando las buenas prácticas agropecuarias para su manejo. Así, además de producir materia prima para los libros, los cultivos forestales y los de caña fijan carbono, evitan la erosión de los suelos (especialmente en laderas de cerros) y son un reservorio de biodiversidad.
Un campo en los Martín Fierro
¿Quién no ha leído los versos de José Hernández?
La obra Martín Fierro tiene alrededor de 260 páginas, más de 1.300 ediciones y fue traducida a 50 idiomas. En 20 años se vendieron 2,7 millones de ejemplares, empleándose para producirlos 103 has de agricultura; es decir un campo completo.
Y como dicen sus versos:
Al que es amigo, jamás
lo dejen en la estacada
Pero no le pidan nada
Ni lo aguarden todo de él
Siempre el amigo más fiel
es una conduta honrada.
Sentado cómodamente en tu sofá, en el banco de una plaza o en tu cafetería favorita te sumergís en las páginas del libro que te apasiona y no te das cuenta de que en tus manos tenés campo, ese amigo fiel que hace posible que disfrutes tu lectura ¡feliz día del libro!
El campo en todo, en tus libros también:
➜ En Argentina se producen 1,2 millones de toneladas de papel por año provenientes de pulpa de madera.
➜ El 84% del papel usado en los libros proviene de árboles (más específicamente de plantaciones forestales) y el 16% de caña de azúcar.
➜ El complejo maderero-papelero emplea a 5.000 personas de manera directa.
➜ En Argentina se publican 35.000 libros por año. De los cuales un tercio son comerciales.